El profe nos trajo varias calabazas que tenían cortadas las tapas. Nosotros las vaciamos con las manos y la ayuda de una cuchara. Después, con un punzón estuvimos quitando los ojos y la boca .
¡Nos quedaron chulísimas!
Luego cogimos las calabazas y nos subimos a la sala de Usos Múltiples. Allí, apagamos las luces y leímos historias de miedo inventadas por nosotros.
Más tarde fuimos con las cuatro calabazas a enseñárselas a todo el colegio.
Después las sorteamos entre los alumnos de la clase.¡Nos gustó mucho!